murmullos antiguos que despiertan y simulan ríos de la memoria.
A cada mirada antecede una procesión de ausencias y muertes,
detrás de cada poema, una multitud de rumores;
detrás de cada desnudez, una parvada de manos;
detrás del rostro de una joven: el vértigo de la ciudad y sus fríos albores;
detrás de una lágrima; todas las violaciones, los gritos, las desesperanzas;
El silencio es el aroma, la expresión última, la primera.
Hablar es ya convocar fantasmas.
La mirada, un puente abarrotado de insomnes, innumerables y lentos insomnes que andan con la cabeza baja.
Un hombre y una mujer amándose a mordidas son ya la humanidad entera haciendo su juego favorito.
R. D.
1 comentario:
OH suerte con el Blog
Publicar un comentario